Fernando?

El caído

Él, aturdido, atrincherado, con una pluma en la mano, acompañado de pergaminos intactos bajo el brazo.

Añorando un desahogo, la tinta negra es aliada de las amargas penas, las cuales con esmero, envenenan.

Pobre hombre, se han llevado los talentos, entre sueños marchitados y unas cuantas palabras moribundas.

Él, un esclavo voluntario, sólo es sirviente de lo malo, sin siquiera ser malvado, desperdigando sus regalos.

Embustero, con el rostro descubierto, pero oscuras intenciones atadas a un cruel anzuelo.

Torpe ingenuo, analista de vagos recuerdos, destruyendo los esmeros con los que había sido enviado al pueblo.

Él llora, negando el futuro, saboreando con gozo aquel atormentador pasado, cuyo fruto es un presente inseguro.

Una cicatriz invisible e indeleble, lluvia de fuego que baña el alma, no habrá calma, hasta que le justicia le cobre sus faltas.