Idolatrado, ascendiendo al Falso
Adoras a un Dios sin reino ni rebaño
Ganando batallas, venciendo al humanismo
Levantando un imperio, basado en el deshumano
Construyendo castillos de muros inexistentes con torres de papel
Por una sola palabra consumirá al falso, borrando el imperio invisible
Mentira, codicia será el fuego que incendiará las torres de mache.
Combustible que consume el infierno mismo.
Expandes evangelio blasfemo de tus creencias
Expatriando la bondad del corazón, quemando la retina del alma
Nutres a tu imperio con el oro intrabajado, reventando manos laboriosas
Extinguiendo la luz, cegándolos para que no la vean
Apariencia de oro que idolatran, envidian y quieren
Pero el falso sabe, que sus venas son cloacas que corre: podredumbre, alimañas de su majestad
Corazón que estanca nauseabundos excesos, virtudes negras
Desagua todo en el campo de un alma muerta
Oro que su brillo es espurio
Se reventó el interior muerto
Corre por tu apariencia la realidad que es
La verdad corre líquido gangrénico, opacando el brillo de mentira
Desquebraja el mármol soberbio donde te estacionas
Ahora la caída de la inexistente lujuria dice en números
Sintiendo el calor que derrite el dorado de tu ocaso
Abriendo paso esta el infierno, filtrando llamas
Es donde debe estar la pus, es llama infernal
Te levantaste en un sueño que no podía ser
Intentando construir el edén, con bloques sulfúricos del infierno.
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Casa de la Cultura Ecuatoriana