Te veo de espaldas y mi corazón late,
algo presiente, algo siente, algo añora.
De repente lo olvido y continuo
con el pensamiento de tantos problemas.
Y, entonces, minutos después te encuentro
me ves y te veo y una corriente hermosa
azota nuestros corazones... ¡Que hermoso!
Veo tu rostro tan maravilloso, contemplo
tu perfil que me inspira a querer abrazarte,
pero no puedo, pero no debo y...
Entonces vuelvo a la realidad, mi triste realidad.
Me resigno a seguir el camino de la soledad.
Minutos más tarde eres tú quien me observas
y cuando me doy cuenta intento fingir
que no pasa nada, que nunca te he visto...
Pero en mi alma algo estalla, algo trasciende.
Que hermosa que eres, que plena y exquisita,
pero no puedo, pero no debo y...
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Aquí estoy, recordando esa vivencia
con una terrible agonía, con sobrada insistencia.
Aquí estoy, envuelto en mis demonios internos
preguntándome ¿quién eras, de dónde eres?
Pero no puedo, pero no debo y...
Me resigno a que fue un sueño muy triste,
talvez una imaginación de esas
que te rompen a pedazos el ser.
Aquí estoy con mi soledad a cuestas
tratando de olvidar ese encuentro precioso
de dos almas que se conectaron, pero...