Ben-.

Vida de ciudad-.

 

 

Vida de pies que vacilan,

de tenedores incesantes,

de destellos quebrantados,

de héroes sin equino ni caballo.

De verdugos invisibles

de cantantes papagayos

de execrables dictadores

que visten a la moda y la imponen.

Vidas que circulan por el aire

como corrientes subterráneas

que invitan al naufragio o al desastre.

Que incitan al desvarío

y promueven el delirio.

Vida de licores, de amarguras

siniestras, de crímenes silenciosos,

de guantes sin manos, de poetas

y jugadores de póquer.

Vida de dioses desorientados

de capullos de flor castrados

de budas rigurosos subidos a su loto.

Donde las palabras se diluyen

y amanece tóxicamente, allí estoy;

como un barco tenue y confuso

que zozobra siempre en el mismo sitio-.

 

 

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