Romey

Un despiste / el hilo de Ariadna / sueña / Tú adivina / Divina blasfemia / Ascendente declive / Disciplina

camino largo y angosto

trepando despacio

hacia el sol lo ando yo

clamando salvación

al cielo alzando

mi amor sagrado

yorando y riendo

riendo y yorando

acariciados por los rayos

los dos nos amamos

el tiempo se ha parado

todo comienza de nuevo

se hizo la luz 

incendio

creciendo

entrando

extraño

sueño realizado

es verdad

leo la runa enterrada, rozando

la eternidad, volando con alas

de viento y palabras

que las siento brotar del silencio

la emoción viniendo

desde el corazón, el eterno latido

sigo el río del olvido

perdido y mareado

desnudo de todo miedo

entre sombras de la noche

vive lo oculto

profundo

debajo

un ojo único observando

la creación de un dios

ausente pero presente

siempre...y mas! demasiado

hasta casi estayar...

qué delirio! divino! éxtasis místico!

y tan terrible...tristísimo

la yuvia yorando

riendo la luz, el río aún aquí

sigue su curso infinito

y lo sigo, voy abriendo el camino

iluminando con mi fuego el futuro mejor

desde lejos

oculto

en lo profundo

angosto camino, a un cruce deriva

el muy maldito

y solo tú mismo decides el sentido

tú destino no esta escrito

Escríbelo

 

 

tranquila eya vuela en la onda de la ola

y la luna la saluda

viene sola

y desnuda de toda atadura

augura su alma la calma cósmica

el equilibrio de la alta orquesta silenciosa

la noche entera la acompaña

la luz de las estreyas la baña

cuando sueña su vida

es eya

tú eres la flor de la mas elevada cumbre

infinita lumbre

y la sombra encubre tu azul celeste desnudez

mientras triste te alegras bailando simplemente

sin hacer daño a nadie

elevándote al cielo que estas haciendo de tus sueños

te prometo

mas pronto que tarde

serán reales

 

 

Hilvana el viento sus historias: entre rotas ramas

de árboles caídos, entre tierras retirada se esparce

la niebla, el aire la cierra, salta la grieta gritándome

una voz vacilante, una sombra, una luz, tú, alma

siempre radiante, y tu mirada intrépida, de lince,

resalta, exacta tu palabra eficaz, tu danza marcial,

tu arma, un par ideal para ti, aunque parezca íncreíble

tu tristeza aspira a un fin feliz, adivina quién te ama

 

 

 

En el corazón de un loco bandido

la oscuridad corinda con el sol madrugador

y yo estoy pensando en un no perdido amor

ansiándolo en la sombra de su pecho henchido

donde la respiración de la noche emite su latido.

Diviso al horizonte un nuevo envío de bondad

y el viento me responde, pero no sé si me oirá

pensar en la cadencia sagrada de los mundos

en rotación incongruente, y desisto, no puedo creerlo.

Cayo mis mutismos cuando vuelvo de mi oscuro

abismo ansioso, me aislo asolas en mis sueños

con un corazón loco por amor casi haciéndome daño

pero no, que es bueno y aéreo, volador misterio,

maraviyoso sol que he descubierto hondo, subterráneo

bajo tiempo, entre el hielo del jodido escarnio,

éste que siento en mi piel, el beso de tus labios.

 

 

Tras otra noche en vela

vuelvo a contemplarme

sin cederle al ruído su parte

de mi verdad, que es nada,

una mísera lágrima,

un puñal en mano de un niño,

una seña indicando camino,

una yama que arde rápida.

Soy ese suspiro que escapa

entre palabras nunca dichas

o aqueya flor entre el fango,

un hecho inexacto, imposible...

Era broma, todo puro teatro,

poesía o milagro, gran mentira

el mundo, la vida, y quería ser libre

ave en el viento, solo elemento, 

presencia esencial eterna, pero...

Ahora lo drástico: cuándo cambio

la proporción de mi yo yoro

tanto yanto... Oh dolor, te adoro!

Mi alma tiene ese mismo sabor

salado, a sangre de un dios

que cae al polvo despoblado.

 

 

Bautismo: agua de vida y el vino,

veneno del bueno, escala ascendente

hacia el cielo... Pero despacio camino

errático, sin cansancio, aunque algo bien

destruído el pasado para aquí perderse

claramente buscando nada, mi propia mente...

 

Oración: regidora sombra sobre el caos

reinante en mi imaginación, desvístete

el cuerpo, a la luz del fuego. Es simple

esto que te pido, reconozco que con descaro...

 

Tiembla un río ebrio ante la perspectiva

final de acabar en el lago,

y soporta otra soledad, su sacudida

de bestia atada a arado...

Amanece medio rojo el lado que abandono,

y hay estacas, ya no calaveras,

tiradas por las cayes como la mierda

o el abono, tierra de donde yo me voy...

 

Los pasos seguros acceden tras el muro

y puede verse crecer en mano el mundo!