Aquellos sapencos sabían soñar en colores
conducían tiempos intercalados
sufrientes
en Mistek solían bailar silencios
solían flotar como acordeones olvidados
acordeones que adelgazaban y amovían vagos
de ayuntamientos y palacios de carmín
Oh Padre! dibuja sonrisas en los corazones de los niños , para crecer como espíritus
para amar con las extremidades
y no llorar bluyínes gastados