Alfredo Saez

-Exhorto Navideño-

(La Torre de Babel, dispersión de las palabras...)

Milenios de Vida en sabiduría

intuyeron la pulsión del Concepto

tremolando clara la voz de la profecía:

-“En el principio fue el Logos, el Verbo!”

 

Verbo, Palabra o Logos en las esperas,

del Hombre, constructor de cadenas y albedríos

luminosidad o confusión en el ciclo  de las eras,

tortuosos los caminos, aún más que los desvíos.

 

La Voz derramó, certera, vitales alianzas

eco comunicante hacia un mísero establo

de la nimia Belén de  las nuevas esperanzas,

llanto pobre y consolador, sonrojado el Diablo.

 

La Palabra es la rica fe articulada

sermón conductual de la fraternidad

ó móvil promotor de la actitud malvada,

ecuación dialéctica, hoy y en la Antigüedad.

 

El Niño leudó la Palabra con  el sacro pan

síntesis de su anunciado y augural Natalicio

blandiendo pedagogo  la cultura de la paz,

filosa espada contra  los ruines maleficios.

 

Niño, Navidad y Natalicio  la “N” en un papel

lingüística del Verbo hecho libertaria comunión

pese a que los hombres se dispersaron en Babel,

dudas sobre la guerra  ó si gregaria  la unción…

 

¡Navidad! en español es.

¡Natale! en italiano.

¡Natal! en portugués.

¡Nadal en catalano.

 

Meditadla, ella es la Navidad del Niño

alabanzas por las bondades de la paz

en los dos sumos hemisferios del cariño

canto laico también, lo  auscultamos veraz.

 

Prosiguen aún sin patente pérfidas porfías

moléculas frías de la lluvia tan enhiesta,

miserables muerden en largas sequías

las horas más duras y tristes de la siesta.

 

Quejidos y lamentos  en las fronteras de púa

la campestre férrea prisión de los desnutridos,

desnudos sin la mínima pluma de ningún cacatúa

órdenes cruciales  que salen de algunos mal nacidos.

 

Tonante, coactiva, cobarde,  la furia morbosa:

de diez, nueve  disparos de fusil dan en el corazón

el carnaval apenas roza un rictus de sonrisa gozosa

afeites de cosmética adicta, pobres idiones  que son.

 

En tanto vuela en lánguida fatiga penúltima mariposa

y  la vida ritual , nocturnos floreos febriles, continúa

desde los bajíos y cumbres de la gris ciudad tenebrosa

que solo a ratos se detienen niebla y la  gélida garúa.

 

¿Qué haremos? con la protectora Palabra

que no sean sólo aeróbicos y meros aliños

formato de la pretérita farsa tan macabra.

¡Purifíquese  en la ofrenda coral de los Niños!

 

¡Sí!: Canta un coro de Niños

Pentagrama celestial

Voces blancas de armiños

De un orfeón primicial.

-“No me diga amigo adulto

De cátedra solvente

Hacer del futuro un culto

¡Solo amo mi presente!”

 -“No me arrebaten el hoy

Que es mi vida canora

¿La razón que les doy?

El placer de esta hora!”

 -“Cecilia navideña me proteja

Un mágico destino

Que aleje la tristeza

El tono de mi trino”.

 -“Si es muy pura mi niñez

No temáis el mañana

Que vendrá de una vez

Como luz por la ventana”.

 -“Soy niño y veo un hombre

“José Canto, mi nombre.”

-“Soy niña y seré mujer

María Amor, mi querer”.

 -“Cantoral de armonías

Batuta diligente

Coros de melodías

Con ¡Pa’ y Ma’ entre la gente!”

 Bailen todos mi cantar

Juntos formemos un haz

Vengan todos a corear

¡Un gran Himno por la paz!