Jose Alberte Corral Iglesias

Aciago como el cuervo negro

Aciago como el cuervo negro

en la blancura de las salitreras

me sumerjo en los últimos

perfumes de los gladíolos,

allí, las hojas postreras de los abedules,

así fueran las bacantes oscuras

me arrojaron al nicho espurio

de la sífilis

donde las niñas tristes del llanto

son sepultadas

para mayor gloria de Osiris.