Desde mi ventana te veo llegar,
serenamente distinguida,
hermosa y provocando felicidad,
como leve brisa acaricias la vida.
Ya llega tu momento de gloria,
tu instante para la luz y la paz.
Enciendes estrellas durante el día,
y con tu magia alejas el mal.
Desde la lejanía de la memoria,
vuelvo de nuevo a ser una niña
y te veo en todas las esquinas,
sonriendo y salpicando fantasía.
Ya llegan tiempos para la virtud,
el perdón… ayudar… disfrutar…
Revivir el nacimiento de Jesús,
pastores, reyes… ¡todos al portal!
Desde mi ventana oigo las risas,
venturas que llegan una vez más.
Ricos y pobres junto a un árbol,
lleno de esferas que guiñan al pasar.
Llegaron los abrazos más sinceros,
deseos generosos alzando un altar.
Turrones, bombones, villancicos
y panderos…¡ha llegado la Navidad!.
Ana Barroso Molina