alicia perez hernandez

Ámame...

Ámame...

Ámame aunque no esté en tus sueños.
Ámame aunque no sea el sol de tu espalda.
Ámame en la sombra del árbol que te abraza.
Yo más allá de tus pensamientos quiero estar en ti.

Sembré margaritas en tus ojos para que no me extrañes;
Para que no amanezca la pena en tu cama.
Para que no llores el amor de ayer.

Dejé en tus labios mil besos de fuego.
Desnudé mi piel en tu piel amándonos. 
¡Soñé con tus versos amores míos!
¡Pinté arcoíris en tus ojos de tanto amarlos, ojos míos!

Y me dejé llevar por el viento de tu calle;
Y llegué a la luz de tu mirada.
Y el cielo se hizo noche;
Y no había más que darte.

Te ofrecí mi tálamo en madrugadas frías
Y te dejé aromas de perfumes míos.
Te dí besos a escondidas en tus labios
Y No dejé huella que manchara tu camisa.

Caminé por calles desconocidas;
Buscando la luz de tu mirada,
que se alejó de mis noches frías.

Ámame y siente lo tibio de mis labios ausentes;
Ámame y desata en mí esta sed de quererte.
Ámame sin conciencia perdámonos,
en el azul del cielo de mi estrella.
Ámame y no te confundas al besarme;
Quiero sentir el desnudo de tus labios, míos

Arrúllame cuando me ames... Inquieta mi cuerpo
con tus entrañas sepultadas en mis dedos
allí en el horizonte de tu cielo azul.

¡Ámame como nunca has amado!
Que te desgastes al besarme y morder mis labios.
Y Al acariciar mis muslos y mis pechos
que navegan en el mar tu amor tan añorado.

Ven al reencuentro del amor que nos quedó pendiente.
Mi cuerpo hambriento espera por ti siempre.
Ámame siempre, ámame... ¡Como te Amo yo!
¡Es tan grande la locura que siento por quererte tanto!

Alicia Pérez Hernández… México

No es la pluma la que escribe, es el alma

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