Amada mía, sé que volverás a mí, a lo que juntos formamos una vez, a lo que soñamos, lo nuestro es sempiterno, invariable y definitivo… Sé que has estado tan cerca de rendirte, sola entre las frías noches que has de mendigar y suplicar mi presencia.
Y es algo que ambos estamos compartiendo, siempre ahogo tu recuerdo, aun así ciertamente regresa, sé que me sufres, porque yo te sufro, y sé que sufro porque me sufres, estamos tan conectados, compartir el mismo dolor se ha vuelto cotidiano e irrefutable.
Aún guardo la fe de que volveremos a ser nosotros, sé que serás la persona que eras antes de llegar a ti, y sé que seré la persona que era antes de que llegarás a mi querida.
Aun así, no cambiará en lo absoluto que siempre serás mi amada.