Que gusto me da,
cuando me siento en la mesa.
Miro a mi madre y digo,
que vieja que estas, y sin embargo
tomas el té conmigo.
Madre mía, si estoy llorando
es porque aun, te tengo a mi lado,
y por que se que, aunque este
sintiendo frío, estarás a mi lado
y me llevarás a tu pecho y me
entregarás el calor que necesito.
Te sientas a la mesa junto a tus
hijo nietos y nietas que están junto a ti,
como toda una regalona,
tus sonrisas, tus palabras y esa voz
que te sale desde adentro, desde el
alma, del corazón.
Madre mía, si un día te fueras
para el cielo, que triste nos dejarías,
como nos harían falta tus palabras
tus retos, tus alegrías.
Madre, estoy contento,
quiero entregarte un beso, tomar tus
gastadas manos y acariciarlas,
como me acariciabas tu,
cuando me tenías en tus brazos.
Este café que con mil amores te e servido,
sea el más dulce de todo los que hemos
tomado, y que cada día sea más alegre de los
cafés que hallamos bebido.