Alfredo Saez

-El Antiguo Secreto de tus Ojos-

 

 

Lo dispuso patriarcal la instintiva Naturaleza,

tercos juicios muy  infalibles de los hombres,

varones  jueces pedáneos de la femenina belleza

brioso esplendor en la pasarela de sus nombres.

 

De la total y cautivante  anatomía del gracejo feminil

fue para ellas  la formal  premiación del plácido rostro,

 dulcinea virtud  contenciosa hacia el cimbreante perfil

candor como en un  infante neonato, su nutriente calostro.

 

 Les importaba a pocos la discriminatoria visión

que en falsía excluyeran  globalidad de Teoría Gestalt,

censura crucial de labios armónicos sobre el triste mentón,

vano repunte de \"máscaras dramáticas” del gran Robert Arlt.

 

El año veinte trajo inclemente el virus de las fiebres locas

declamatoria de fúnebres pestes en lápidas mórbidas,

profilaxis con gel, distanciamientos y coloridos tapabocas

ocultaron a damas medrosas el rictus de víctimas idas.

 

Linduras de las Eva cristianas, trocaron en trono musulmán,

predominio  visible e insuficiente de la periférica faz ocular,

redescubrimiento de apenas ojos triunfales ¡ hegemónico imán!

tributo magno del Amor, mirada líbida, nuevo y sabio enamorar.

 

Amiga, tus ojos mimetizaban una cripta de secretos

-cerco de pestañas y el respingo sutil de las narinas-

mal develados en el sub mundo de laberintos escuetos 

coronando laurelinos ojos de embrujos, azules olas marinas!