Un lucero azul se eclipso para siempre,
Allá en el cielo,
Y un lirio en el huerto, se marchito;
El céfiro de otoño llora en silencio
La voz de un poeta que para siempre
Se enmudeció.
Te fuiste, oh Poeta, te fuiste,
Y la poesía no consiente tu partida;
Los versos se visten de endechas
Como un rio de lágrimas vivas de cientos de poetas.
El sol por entre las nubes oculta su rostro,
Como por respeto
Y los suspiros son poesías alzadas al cielo
Como dándole el ultimo adiós al Poeta
Que inicio su último viaje sin regreso.
El Ángel de los poetas no se resigna a tu partida
Y sus sollozos son un gemir que desgarra al alma.
Te fuiste para siempre, oh Poeta, te fuiste
Y se ataviara de eternidad tu alma.