Esteban Mario Couceyro

Un mundo mejor

No hay enemigo, que mate el alma…

solo uno puede hacerlo

desde sí mismo.


Ocurre que por salvarla

huimos presurosos con ella

olvidando lo material del cuerpo…

abandonándolo al poder de los otros.


Estamos haciendo

una sociedad de cuerpos presos

con alguna resistencia de almas

escondidas entre los pliegues del esbozo

que nos representa.

……………..

 

 

No, en realidad hoy debería mandar un mensaje de paz y esperanza, hilado

con la imagen de la natividad simbólica de un hombre, nacido niño entre

sus padres, en la humildad de un pesebre de animales.

Sin duda, la historia viene enmarcada en la inocencia de la época, pero sin

dudas proyecta un mensaje claro de amor y familiaridad, que algunos

pretendemos atender, con nuestros gestos personales.

 

Existe entre nosotros, grandes distancias físicas, diferencias de

costumbres y vivencias individuales dispares.

Pero también es muy cierto que lentamente, logramos comulgar en el

gusto de la expresión escrita y hasta en algunos casos, nos sentimos

compatibles con el otro, por su contexto expresivo y experiencia de vida.

 

A muchos de los que frecuentan esta página, los considero amigos, no con

el título fácil, sino con la aproximación del concepto de hermandad.

A todos, les envío mis deseos de paz y la esperanza del futuro, en la

imagen de ese niño por nacer.

 

Sabemos el final de la historia, pero también sabemos lo dejado por ese

hombre, en el destello de su vida.

 

Que esa luz, ilumine nuestras propias vidas, en un mundo mejor.

 

Los abrazo a todos.

Esteban