Como dice la canción: siento llamas donde antes hubo hielo. Y tú has despertado mi chispa, mi luz en la mirada que te contempla. Ya no existen caballeros de armadura plateada que cabalguen en busca de su dama, pero permíteme que sea todo lo cortés y gentil contigo, pues mereces ser tratada como una auténtica princesa del siglo XXI. Una princesa que ondea sus cabellos sin la corona de laurel y que viste en vaqueros dejando atrás el corsé del pasado. Los modales ya no abundan, sin embargo conservo mis mejores palabras para cuando las necesites.
Los tiempos de duelos al Sol, de tabernas repletas de winchesters, de vestidos encorsetados o de periódicos en blanco y negro quedaron enterrados si bien no las costumbres entre caballero y dama: permíteme que me descubra al tenerte delante, el abrirte paso entre la multitud cogidos de la mano, cubrirte si tienes frio, escribirte versos de madrugada. En pleno siglo XXI permíteme que viva anclado en el pasado; que te trate como a una dama en los años 40.