Vamos pasando, pasajero.
Caminante, ¡Camina!
Mientras la flor florea
y el aire airea,
la vida vive
y todo lo que es
debe continuar la tarea
de seguir siendo.
Más no cualquier cosa
es la tarea de ser,
sino ni más ni menos
que lo que se debe.
Si has nacido hombre
-así como la flor
que se despliega hasta ser flor,
y así como el pájaro
abre las alas y vuela
por el cielo que lo espera
y que no es cielo sin él-
así tú deberás llegar al hombre
hasta ocupar el espacio
que te ha sido reservado
y que te espera
para llenarse con tu presencia.
El sello de luz que traes en la frente
te ilumina el camino
y señala tu meta.