Romey

Hijo de la Luna / Sórdida demencia / Ansia viva / Mirada de hielo / Enamoramiento / La bestia está triste

Lactancia de la consciencia,

nutrición de la luz de esta alma

encadenada a una piedra...

Fluye la energía de la emoción

con mi sangre espesa...

Estoy en trance, es tarde

para rectificar aqueyos errores

que me privaron de la vida

y del amor por salvaje,

por el briyo yeno de candores

de mis ojos, dos linternas

en la noche ayer predicha,

la misma que ya fuera eterna

un día de esos de mi ausencia

hambrienta, seca del placer

que da al alma en que creer

cuando parece que el fin se acerca.

Lactancia de la consciencia.

Cosecho la dicha suelta

por el aire que mi mente mueve,

evito siempre cruzarme con la muerte

esta mirada, hecha de su misma materia

porque eya es mi madre auténtica!

 

 

 

 

Sórdida demencia, este equilibrio

bailando en una cuerda sobre el abismo

solo yo mismo y la música, el olvido,

los siglos cayendo al silencio en cascada...

Aguas amargas de mi alma incendiaria...

Es eterna la guerra, no existe tregua...

Fuera y dentro el infierno se representa,

sórdida demencia, y tanta, me embelesa

y abruma la luna negra, la alegra con nada

 

Ay! La ausencia de siglos que se han ido

sin decir adiós ni siquiera volviendo la cabeza

hacia mí, tan solo, ahora entre enemigos

con cadenas y griyos en muñecas y tobiyos...

Sórdida demencia! Ha caído a tierra!

Soy una libre lágrima escapada de la guerra

y mi pena nunca acaba, el alma me la arranca

y me la tira para que vaya a buscarla...

Vago sin rumbo ni lugar pensando un plan...

 

Vacía unidad, ausencia del amor, condenas,

sórdida demencia la realidad. Estoy soñando!

 

 

Ansío ver volar tus mariposas durante amaneceres,

extasiarme hasta el extremo de la rosa de tu vientre,

merodear por tu cuerpo como un espía, pasivamente,

asimilando que todo este amor es para bien...

Ansío verte de cerca, tocarte con cariño, sin ser tu dueño,

solo como lo haría un niño, pintando en tu piel

nuestros sueños por venir...

Ansío tantísimo besarte, palpar tu pelo, inflamar tu fuego,

que ya no duermo, ni quiero, hasta poder tenerte

en un abrazo celeste, es que sí,

me pierdes, eres la luz, y he de seguirte

con todo mi ser ardiente aunque me apague en el azul de tu alma...

Ansío saciarte esa sed que tienes de ser libre,

de hacer lo que te plazca, y encender tu yama fluyendo con el agua

mientras el mundo entero va yendo hacia atrás...

Percátate, hay esperanza bastante

para vivir un futuro increíble... Me permitirás amarte?

Será de verdad...

 

 

 

 

 

El frío invierno está aquí...

Nos rodea su círculo irreversible...

Trotando minotauros, cabayos de yuvia...

 

Y luego se depura la luz, se desnuda

una musa, una diosa, al aire libre

su alma suelta, desencadenada... Es triste,

 

como siempre digo, y volveré a repetirlo:

felizmente, en el fuego, sobrevivimos

este frío, crudo, duro invierno de hierro oxidoso...

Juntos nosotros, uno solo...

 

Me cayo, estoy loco, por amor

voy al fondo de mi yo, me remonto,

desmonto todo obstáculo... Tu calor

lo alcanzo, cuando agonizo, así me lanzo a lo remoto,

 

hacia ti, mi perdición, idilio infinito

y posible, o imaginación? Es fingido

este amor adictivo? Y si lo dejo?

Viciosa sensación: tus ojos, mi espejo...

 

 

 

 

 

Al umbral umbrío de tu bosque encantado

detengo un momento mis pasos impávidos

contemplando la perfección en el fuego

que hay dentro de tus besos, trás tus labios

 

un hermoso y profundo secreto esperando

el verso adecuado, el cuando y el como...

La flor de tus deseos, el cielo que es nuestro

y el camino infinito vienen con nosotros

 

mañana, el día soñado por ambos antes

de todo... Desconcertados nos encontramos

bajo el árbol más frondoso, dos formas de arte

 

arrojándose a las morbosas pasiones

como cosas solas, locos por amarnos

cuando se abre una brecha entre la noche.

 

 

 

Sobre su cabeza porta la real corona,

su tez es negra como la sombra 

y su cabeyera ensortijada amariya

como esos ojos que gira la anaconda...

 

Desnudo su torax rebosa un corazón

doloroso como nada fuera de su cuerpo,

su piel yora esperando una sola caricia

que devuelva a su mente la razón

 

para obrar activamente, olvidar los recuerdos

y salir al sol, pero está tan solo que creo

que no querrá desenterrar sus piernas,

 

sus manos, su principal potencia, en paz

este día reservan la energía, la fuerza

que lo hace superar cualquiera debilidad.