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EL REGRESO
Observé, como un movimiento ondulado se desplazaba por el agua tranquila del estanque, como si el ala de un pajarillo la hubiera rozado.
La noche, se presentó plácida y tranquila, al propio tiempo que la luna brillaba con fuerza y no menor resplandor.
Si en tu corazón reinan las nieves eternas del desencanto, no debes sentir preocupación alguna, pues tu cuerpo será mediante su calor y poder quien la derrita.
Si lo deseas, podrás sembrar en la tierra, ahora que está receptiva, un gran número de semillas de paz y buenaventura, de ese modo podrás adentrarte en la caverna de tu reinado, donde serás rayo de sol que todo lo ilumina!!.