De pura sensibilidad arácnida
la nevada atrapa el cristal
de gatillo fácil
en su original piel búdica
y agua constelada de obsidiana
los antifaces del crepúsculo
dígito carnavalesco del infinito
la sed tejida en el aliento
sutil caminar de las ninfas
siguiendo el veredicto
de las incertidumbres
beso álgido
que doblega a los Celestes
jugar a encontrarse
en equivocas bodas terrestres
donde el sonido engendrador de la rueca
se vuelve venenoso destino
la marca de los vencidos
con el alma suicida al cuello
siempre será la señal de partida
hacia un fingimiento sublime