En un ejemplo fiel de la humana insensatez
los jinetes de la guerra disparáronse otra vez.
Prorrumpiéronse amenazas, se lanzaron improperios
y las potencias persisten en sus afanes de imperios.
Se modernizan las armas y crecen las ambiciones
entre la gloria, el poder y fanáticas pasiones.
Se repiten las historias y la crueldad no termina.
¿Será que este mundo la bondad ya no germina?
Se contaminan las aves y se exterminan especies,
¿acabarán ya las aves, los mamíferos y peces?
Agotándose el ozono y los bosques extinguiendo
es tétrico imaginarse en el futuro viviendo.
En dramática incongruencia en las fotos aparecen
tanques en el desierto cuya visión estremece
y un beduino y su camello cuyos pasos se conmueven
por estruendos de aviones y proyectiles que llueven.
Un atisbo de esperanza es difícil abrigar.
Una chispa de optimismo cuesta aún más encontrar.
Ante mesiánicos gestos, ante orgullosas posturas
la guerra se lleva todo: El Hombre, Su Ambiente y Cultura.