Un golpe de luz hundido,
como oscuridades terriblemente
despertadas, hechas mitades,
desvencijadas como alas o laúdes
que incitarán al desvelo.
Alas izadas, por la dinámica
del mar, que hunde sus brazos
tenues en tu cuerpo, como salpicaduras
de salitre o espuma,
que alzaran la brisa y tus labios-.
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