Muchas veces imprevisible,
otras tantas indeseada.
Si algo sabemos es que llega y lo cambia todo
tus planes, tu rutina, tus prioridades, tu vida
con esa fuerza característica que lo revuelve todo.
Ni un ejército de razones la amaina.
Y aunque por dentro te jures que no,
a lo lejos predecías cielo gris.
Ningún refugio te sirvió.
Y aunque prometiste que no pasaría
aún sigues lamentándote
porque la arena de tormenta ya no sale de tus ojos.