Estoy en la vereda
sentada entre las flores,
las rosas, las azucenas,
los tulipanes esbeltos
de colores cristalinos
que me miran desde siempre
sin saber si estoy en pena
o si de alegría suspiro.
Cada vez que voy mirando
los colores de esas flores
mi corazón te recuerda
sin complejos ni nostalgias,
con el deseo amoroso
de despertarme soñando
en el hogar que tenemos
entre montañas doradas,
mientras las hojas se caen
en el valle y las laderas
que el otoño engalanara.