Mira... ¡Te desapareces
como una estrella fugaz,
pero en mi mente vivaz
como siempre resplandeces!
A tu merced, te mereces
la luz del que es tu lucero
¿Qué importa si yo te quiero,
si muy larga es la distancia
que no importa la constancia
o si por tu amor yo muero?
¡Pero olvidarte no puedo!
Y aunque me causes delirio
te daré una flor de lirio
a la sombra del robledo,
con aromas del viñedo
y el racimo florecido,
aunque siga entristecido
con la pena de no verte,
con deseos de tenerte
¡No me tires al olvido!
¿Cómo puedo convencerte,
para tenerte a mi lado
como fiel enamorado
que sin ti, elige la muerte?
Pero te deseo suerte
para tu vida futura;
claro, esto es una locura,
el soñar con tu presencia
y aunque muera por tu ausencia,
¡Moriré por tu hermosura!