Tener un perrito te obliga..,
te obliga por la mañana a ver la alborada,
a conocer otras personas con alma,
a pasear con calma diáfana y vespertina.
A conocer auténtica y primigenia generosidad,
a abrir a tu mente a la empatía de la diversidad,
a hablar más y más con personas de buena voluntad,
a darte cuenta de la existencia de almas sin maldad.
A andar y andar diariamente,
a periodificar los tiempos escrupulosamente,
a remar en otro equipo armoniosamente,
a tergiversar la humanidad diariamente.