Es el viento que me persigue tras besarte bajo la lluvia
Con truenos temblorosos y su azotadora melena rubia
Y las huellas de lodo en el auto de tu tan cuidada alfombra
Que estruenda en mis dientes mi contenida furia.
Es que en el mismo sucio suelo me has besado hasta la sombra
Sin ninguna importancia, pues es mi nombre quien tus labios nombra
Asi aun le ignoras a un lado, para halarme hacia tu pecho
Es tu culpa que la tormenta a su clímax se demora.
Dan ganas de levantarte y presionarte contra el techo
Formar mi propio diluvio, hacerte de todas direcciones menos derecho
Vas a querer amar el lodo, pues nuestro cuerpo es un pluvial
Hasta librarme de todo despecho y el cielo negro este satisfecho.
Pues es conmigo las ventosas ráfagas se ponen territorial
No lo sentirías tu igual, ahogarte en un superficial fluvial
Sera mi espalda como corriente, mas esta no sabe nadar
Cuando el ambiente te amenaza con arrebatarme, terminando en su manantial.
Quiero frotarme en fango, que la rubia pueda consolidar
Los nudos en tu lengua que aun se pueden enmendar
Sopla el polvo en mis pestañas, para que vea entre mis ojos
Que te vale poco el sucio, pues me quieres ver sudar.
Ver sudar mis manos temblando al asegurar los cerrojos
Ver las ventanas humeantes, tapándonos frente los matojos
Y una cascada cafe pegada de sudor a mi cuello
Enredados en ruidos estruendosos y escalofríos peligrosos.
Para concluir, un mimo en la frente que tiemble con destello
De igual forma un beso que nos sepa a terciopelo
Asi el aguacero de un descanso a nuestro inmerecido, turbio duelo
Que sepa dormir en el suelo al desnudo, sintiendo estar en el cielo.