670 veces recé ésta plegaria
bajo tu enramado cobijo:
Que Dios bendiga éstos frutos
que devoraré hasta el último
dejando éstas ramas rotas
hojas amarillas
raíces envenenadas;
mi alma estará satisfecha
mi estómago infectado.
Qué Dios perdone a éste vagabundo
que olvida regar éste árbol del que se sacia
que olvida cuidar sus ramas
que sólo orina en sus raíces.
Qué Dios guíe éste bisturí
para hacer diez cortes en su corteza
que sangre sin sentido
por la promesa falsa
de reconstruir un corazón titiritero
que no quiere ser curado.
¡Dios dame fuerza!
¡Báñame con tu furia divina!
¡Hazme dueño de tus plagas!
¡Maldíceme con tu bendición!
Que yo asestaré el golpe letal
para arrancar de raíz a éste Manzano
y traer a ésta Tierra Santa
toda la gloria y toda la furia.
Éste Dios sordo leyó mis labios
intentó descifrar mis fárragos
sin éxito