Cuando tus ojos
me reflejan,
y tus labios húmedos
me llaman,
el mundo es siempre
más mundo
y la vida ahoga
en agua clara.
Cuando me hablas
sin decir nada,
y tú mirada toda
se hace palabra,
el sentido de ser
también se calla
y son las manos
que declaman.
Cuando mi piel
roza tu piel
y el alba se rompe
en mañana,
la noche se hace
más tibia
y el alma desnuda
susurra y canta.
Cuando te busco
y me abrazas
y la sangre fluye
subterránea,
cada respiro
es un mundo
y cada minuto
es tiempo en llamas.