Quizá vaya, con un vozarrón
inoportuno, mezclando alegorías
y frases como monedas alternas
para un heliotropo en decadencia.
Sí, en esas oscuras fases, donde
demonios y labios significan
la misma cosa, todo el eco
de mi voz signifique algo.
Pero en tus vestidos,
como carcomidas lentejuelas,
danzan utópicamente, sangres
de verano, rosas estivales.
Y fluviales barcos tropiezan
con la marca del diablo; allá
donde comienza el hastío-.
©