A paso lento me iré cuando despunte el alba,
dejando en mi sendero la esperanza agonizante,
con un suspiro dejare escapar mi alma
y arrancando de mí pecho
el corazón marchito y tremolante,
emprenderé el camino hacia la nada
intentando sin quererlo, olvidarte;
Cada noche gritare tu nombre al viento,
después en silencio verteré mi llanto,
soñándote a mi lado dejare correr el tiempo
preguntándome a la vez ¿porque te amo tanto?
En el frio olvido
esperare que el óbito me de consuelo,
pues si ya no puedo verte con estos ojos
que la vida ha abierto tan cruel mente,
prefiero arder en el erebo
cuando la muerte los sierre para siempre.