Se paró el tiempo,
o fue a otro ritmo,
o se hizo eterno.
Y cambió el rumbo
de su destino,
y fue a otros puntos
o se fue lejos.
No dejó huellas
que le siguieran,
ni rastro alguno
que recordara
pasados cuentos
Se paró el tiempo.
Ni más relojes
ni más agujas
que registraran
lo que fue aquello.
Cual velo negro
que se lanzara
desde los cielos.
Ya no más gestos
a la esperanza,
ni más palmadas,
ni más te quieros...
Después la gente
se volvió esquiva,
parapetada,
tras otros cuerpos,
tras medias caras,
máscaras blancas,
rostros ajenos.
Como paletas
que mezclan siempre
blancos y negros,
que pintan rostros
ya cercenados
por los recuerdos,
vidas ajenas
que dejó aquello.