He sido todo lo que he querido amiga, amante, señora…
¿Ladrona yo?
Lo único que vi., fue el recuerdo ingrato,
paso ante mí, burlándose, con la cara en alto,
me vi al espejo como un ser malvado,
ladrona soy, prejuiciosa un tanto.
A juicio mío, no debí nombrar,
un hombre-niño me hizo olvidar,
la inocencia que intento guardar,
en el mismo sitio donde ya no está.
De ese modo, perdí el respeto,
la tragedia volvió a resurgir,
tanto que temía engañar al viento,
con cada metamorfosis vuelvo a vivir.
Ríos de dolor son los que transforman,
tan amarga suerte en transparente irrealidad,
esa fue la forma de robarle al cielo,
la estrella gemela, que no pudo sujetar.
Obvio fue el dolor y tardío el arrepentimiento,
el niño me levanto en su fantasía de tiempo,
el hombre me hizo caer en los falsos cuentos
y así, no puedo vencer, el dolor que traigo adentro.
No es parte de mi enseñar a volar,
no puedo enseñar el mundo sin pelear;
tal vez me pueda dar un poco de respeto,
de cualquier forma, me hizo pecar.
A mi forma de ver, confieso hay dolor,
la conciencia en venganza se convirtió,
me falta carácter, también la razón,
para tal hazaña no hay justificación.
Soy la burla de su devoción,
a inocencia dada se quita la pasión,
me convertí en guiñapo de su tentación,
y a mi forma de ver, únicamente me utilizo.
Olvida la angustia, te pido perdón,
hombre-niño no soy tu ilusión,
me siento tirana, me falta el amor,
pero soy sincera desde el corazón.
Ya doy por concluida, tan tierna esperanza,
te voy a ser franca, nunca fue mi voz;
ladrona me vi., te pido perdón,
y que Dios perdone mi mala acción.