Desde lo profundo de mi ser...
Querida yo:
Que alegría volverte a encontrar, que felicidad saber que has sobrevivido a las masacres emocionales.
No puedo creer que has llegado lejos, que has sabido caminar.
Te quiero dar las gracias, por no rendirte. Por doblar rodillas cuando lo necesitamos. Por mesurar tus palabras para no herir a nadie.
Gracias porque sanaste las heridas de la mano de Dios y dejaste los prejucios dentro del cajón.
Porque bailaste bajo la lluvia y te reiste hasta del más mínimo chiste.
Porque soltaste el equipaje y decidiste correr de lo que nos ataba.
Gracias, porque no todos tenemos el valor de seguir. Y eso es digno de admirar.
-Joss-