Esteban Mario Couceyro

Solo seré brisa y pasaré...

La noche, sin luna es particularmente oscura, sobre todo entre los árboles.

Estoy desde hace unas horas, esperando el contacto con el objetivo, el frio incomoda a pesar de la ropa especial, mis manos apenas siente el arma y cada tanto limpio la mira que se empaña por el aliento.

El tráfico es continuo y solo espero que el señuelo funcione y me indique cual es el vehículo objetivo.

Hay una tenue humedad que sube desde el suelo y el pastizal de alguna manera crea un reparo ante la brisa helada que llega del descampado.

En unos días cumplo años y me espera algún tipo de fiesta, pero no los engañaré nadie me agasajará, solo iré por ahí, a tomar algo y decir mentiras a quién me escuche.

Hace años que mi vida, se gasta en situaciones de este tipo, contratos en oscuras circunstancias y un despacho inevitable ….



Hace veinte días, que intento escribir. Inicio historias que quizá alguien haya vivido y a los pocos renglones, se diluyen como el agua en la tierra seca.

Busco a los personajes, que a menudo rondaban mis pensamientos, pugnando por esa oportunidad de existir.

Ya no vienen, hasta confirmo haberlos buscado y nada, todo es ausencia, destellos engañosos de historias que se malogran.”

………...

No hubo mas palabras

ni sé su nombre

recuerdo aún hoy

su aroma a niña

y el sabor

dulce

de esos torpes besos.”

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Recuerdos ya escritos, vuelan por mi mente, como si fuesen hojas ya secas en el viento

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Bonyour Pascal, comennt ça va”.

 

Ella cruzó el salón

con firme taconeo

con las botas de muchas presillas

y una valija

de lona beige, con vivos de cuero.”

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Qué mujer, era esa corresponsal de guerra en Egipto….., pero ya murió en la última frase escrita.

 

Atardece y los rayos de sol, se alejan con el sigilo de un delincuente, quizá el mismo que me ha robado los personajes.

 

En la penumbra, las últimas notas del trío concertante de Franck, crean un mundo al que no puedo ingresar, a pesar de haberse adueñado de todo el entorno haciendo que la penumbra se balancee, entre el cello y el piano.

Solo yo y esta pantalla clara que denuncia mi ausencia.

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Soy según creo, un sensible tardío, que desnuda su alma, en la puerta incierta del final de su vida, ignorando si esa puerta es del infierno..., o lo que es peor aún, del paraiso, que dificilmente soportaría.

Cierro los ojos y pienso que, en un principio..., fue el inicio..., de las sombras y las cosas se recrearon a sí mismas. La confusión no reparó en repeticiones..., hasta que se hizo la luz...
Se me ocurre un génesis distinto, humano,
como mi propia vida plagada de errores, los que con habilidad fui justificando como hechos naturales.

 

Si yo fuese yo..., qué seria de todo, si no fuese yo quien lo viese, continúo pensando en afiebradas hipérboles.
Qué hacemos
con eso que vemos por los caminos aleatorios, que nos tocan transitar, para que sea mejor que, ser yo.

Mi mente se adormece, recordando estas palabras.

………….

 

Desde niño

yo también convivo con un alma

que supuse mía y distante.


A lo largo del tiempo

ella y no yo

fue acercándose cada vez más

hoy que ya se detiene el tiempo

ella, casi está dentro mío

por poco eclipsada

con un pequeño desfasaje

que aún falta ajustar

.

sí, falta poco

para que yo

me enamore

del alma.”

………….

 

 

Recuerdo esa historia de carnaval, en la que descubrí como es la vida.

…………………….

 

Caminé de regreso a mi casa con desgano sabiendo del fracaso..., mi primer gran fracaso. Quería volar entre el murmullo de la gente, abrir los brazos en cruz..., no en cruz no, un poco más arriba y que el Uhuuu fuese tan fuerte como los truenos. Descender lentamente frente a ella, la hermosa princesa, que me vería emocionada al darse cuenta de los ojos del fantasma.

Nuevamente en el ascensor, miro al fantasma a los ojos y no vi dos oscuras cuevas, solo había dos ojos brillosos en una sábana húmeda.

Seguí hasta la terraza, parándome al borde con los brazos abiertos, queriendo abrazar el cielo estrellado, buscando la magia que deseaba mi vida.”

Lo cierto, es que aún estoy en los bordes de esa terraza, esperando la magia...

 

Querida amiga, como las estaciones, la vida lleva etapas distintas unas de otras. Etapas que no se repiten iguales, donde jamás esa primavera regresa espejada de la anterior.
Nosotros vamos cambiando en el interior, como una aventura gastada de previsible final, aunque en el afán de la originalidad..., juguemos con la realidad.
Estoy transitando mi camino, a la vista de un horizonte fatigado de mi mismo, solo pretendo hacerlo con estilo, todo el que me sea posible.
Eso es lo que hace que me sigan los extraños personajes de mi imaginación, ellos serán la herencia fantástica y fútil de mi existir. También dejo mi realidad social y profundamente humana, la familia y su tesoro de amor.
Esta es la realidad, querida amiga, los hilos infinitos del afecto han construido una encrucijada y en ella pretendo continuar los cantares de mis personajes.
Nunca podré agradecerte lo suficiente, por la calidez de tus palabras.

 

Los personajes no son trajes, pero visten alguno que otro cuerpo miserable.
Aún no he visto personaje, que
cubra decorosamente al alma.
Jamás me he sentido incómodo, en todas las circunstancias que me toco vivir, he sido yo..., quizá vestido de algún personaje.
Pero ahora recuerdo, a un
o muy particular por que su cobertura fue nula. Durante la revisación médica para el servicio militar, en la más absoluta desnudez, debí cubrirme con ese círculo virtuoso que me legara mi padre, desafiando a un Teniente Coronel a pelear como un caballero, ante un trato injusto que recibiera de un Cabo.
Esa historia, casi olvidada, viene a cuento de los personajes que visten mis desnudeces, dejando a la luz, el alma.
La historia, terminó bien y en ese punto comprendí a mi padre y sus enseñanzas.
Mis cavilaciones, más que problemas no solucionados, se deben a un intenso cansancio del cuerpo, que gana de a poco la mente y esto si me preocupa. Solo puedo asegurarte que lo único que funciona bien, es el alma, que como un porfiado marino lucha con el timón, ante una inexorable borrasca.
Pero basta de penurias y recuerdos trágicos, pronto amanecerá y podremos jugar como niños con las letras caprichosas, que escapan de nuestras realidades.
Te invito, este es un jardín blanco como el infinito, donde solo se atreven las almas y una confusa masa de personajes, que pretenden ser uno.




El grito, desgarró el silencio nocturno

sobresalté la ensoñación

queriendo descifrar desde dónde surgió

a medio dormir, supuse que era un sueño

y otra vez ese grito, colmó el vacío silencioso de la noche.



Traté de ubicar de dónde venía

la voz, no parecía de una mujer

ni un niño en apuros

a esa hora, quién andaría afuera

sería un delito, alguien accidentado

mentalmente, repasé si había cerrado todo

en qué cajón de la mesa de luz, estaba el arma.



Un largo silencio, llevó al abandono del sueño

me sumergía en esa espesa melaza

oscura de ausencias, sin fondo ni techo

en ese inmenso útero del sueño

donde soñaría mi abandono

y ese grito casi mío.

 





Por qué he de cambiar

dijo la montaña a la vida.

Ella le respondió

no te preocupes, solo seré brisa y pasaré...