El año se termina,
en doce campanadas
su aliento cansado expira.
Se queman en la hoguera del olvido
las lágrimas saladas,
los sinsabores y sus cortinas.
Se reciben en nuevas bengalas
los champanes de la alegría
en copas de nuevas ilusiones
y globos dorados de prosperidad.
¡Adiós a los clavos del dolor!
¡Bienvenida las mariposas de la dicha!
La humanidad se encamina
a un futuro incierto,
pero tiene siempre encendida
la lámpara de la esperanza
que jamás se apaga en el alma humana.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos