Ayer y hoy el hombro duele
¿hasta cuándo es el mañana,
por un mes, una semana?
no importa que me desvele.
No me soporta la cama,
a poco ingrata me expulsa,
la antipatía convulsa
que al tendón por siempre inflama.
Para consuelo mis pies
reconquistan el sendero,
toman mochila y sombrero
las quejas serán después.
El dolor asido al hombro
serpentea hasta los dedos,
y aunque rece algunos credos
solo me queda el escombro.
Para colmo de los males
que se puedan padecer,
el más cercano es no ver
el dolor en tris cruciales.
¡Este viejo es un quejica!
No me lo puedo creer,
pobre hombro, no va a poder
chillar, el mal se triplica.
Trescientos setenta y ocho
días, en una cruel lista
de espera, sin quedar vista
y mi hombro trasquilimocho.
No quiero voces de aliento
ni que sientan mi pesar,
solo deseo gritar
mis aflicciones al viento.
22-12-2020
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