Andando en mi casa, encontré todavía algunas migas de ti. Me preocupa la basura que dejaste, no porque manche o perturbe lo bueno que sobra de este ser, sino por el hecho de que algún día en el que mi mente me fallé o en el que mi cuerpo ocupe calor, vaya descaradamente a recoger esa mierda que dejaste, que la guarde en el cajón al lado de mi cama y me duerma pensando que estás ahí, al lado mío.
Te cuento esto no porque lo haya hecho, si no para que vengas por lo que te falto llevarte, y tal vez consideres ahora si deshacerte de toda la mierda que no ocupas, empezando por mi.