Luisa Arias Soto

Árbol de Otoño


 

Como un árbol encontrado en un bosque que

resurge de un tiempo primitivo .

 Fui cayendo en un encanto medieval.

Al conocerte creí hallar un manantial de miel

azucarada por la profanidad humana, pero

solo encontré hiel amarga y cruel,

hiel que se infiltro en mis venas

y poco a poco me fue secando.

¿Dónde esta la verde vida?

 ¿Y las flores habidas en primavera?...

 ¡Todo seco!,

 todo se pudre y se va deshaciendo,

y yace en el viento,

yace en la hierba, yace en el campo y en el

riachuelo casi sin cause…como se va

deshaciendo todo.

El paraíso solo es desierto, y ya los besos son

solo espigas de un pasado que se esta volviendo

sádico y se complace con mi dolor. 

Y esas ramas que albergaron amor, recuerdo

como en mis brazos las buscabas y así mecías

tus sueños y engendrabas la pasión.

Apostaría que extrañas mi calor, apostaría ser

tu tentación como tu lo eres para mi.

Aunque tenerte o no tenerte duele igual, porque

tenerte se vuelve suplicio al pensar en que te iras

y no tenerte se resume en una crónica sin sentido

 o una vida cuando llega a su final.

Y eran tus palabras pajarillos que se

refugiaban en mis memorias

y ahora son solo hojas caídas de otoño

 que desaparecen con sus historias.

Y es mi vida toda una obsesión por tenerte y el

frío de tu ausencia me esta matando, y la sabia

roja de mi corazón se esta congelando y es así

 como este tronco sin vida esta quedando.