“Yo no olvido el año viejo…”,
grabó en canción Tony Camargo;
hoy la escucharé perplejo,
con un gran sabor amargo.
Quedará para la historia
el año que hoy finaliza
muy grabado en la memoria
y el corazón hecho triza.
La pandemia criminal
arrebató muchas vidas
la cifra ha sido fatal
con muchas almas dolidas.
Fue un año tan doloroso
para múltiples familias
que ha sido triste y lloroso
con las noches en vigilias.
Muchas almas hacia el cielo
han volado sin regreso.
Madre, padre, esposa, abuelo...
¡Ya no tendremos tu beso!
Y qué dolor más profundo
se anidará en pasos lerdos
porque lejos de este mundo,
de ellos, solo habrán recuerdos.
La noche tornará fría
con el viento desolado
y tal vez nuestra alegría
sea un lucero apagado.
Pero la estrella en el cielo
luz dará a la senda oscura
que servirá de consuelo
que te dará su ternura.
¡Caminemos, caminemos,
sin sentirnos derrotados;
la esperanza alimentemos,
de la vida enamorados!
¡Bienvenido el año nuevo,
bienvenida la esperanza,
si el espíritu renuevo
con fe, ahínco y con templanza!