La poesía es el canto de Dios,
donde denota sus rimas
en la sublime melodía de amor.
¡Oh mi hermosa poesía!
eres la canción de mi alma,
desde donde se inspira
mi numen encantado
y haces que me eleve a lo más alto del cielo.
¿Dónde naciste, mi hermosa poesía?:
¡En la mente del Dios eterno!,
que vio en ti la grandiosa forma
de transmitir su sentimiento.
¿Cómo negar tu existencia, mi hermosa poesía?,
si en este mundo trivial y vacío,
tu eres la melodía que alegra y nos da aliento,
para seguir plasmando en tus versos
el amor que llevamos dentro.
¡Mil gracias, mi hermosa poesía!
por dejarme sumergir en el mar de tu imaginación
y así, volcar en tus estrofas mi humilde percepción
de un mundo maravilloso que requiere oír…
la melodía de tu canción.