Cómo decirlo
sin que se me escape una sílaba;
llevo esperado tanto... Un siglo
se me hizo de largo,
para que naciese de mí
naturalmente esta poesía,
que es lo mejor de la casa
que se me ocurre que siga
a mis mil desengaños
rebosar de ambrosía.
Es una piedra preciosa
en mitad de un desierto en cenizas,
una flor que desgloso
para ti, sí, solísima;
es la luz en el fondo
de un pozo avisando aquí hay vida
(lo es todo si todo
pudiera ser siempre dicho);
un paisaje que exploro
donde se me esconden delicias
que a la vista mía exploten
en colores de dicha.
Y es porque quiero que lo hago
que algo quede
de momentos sintiéndome así...