La poesía es un café
que tomamos por la tarde,
contiguo a los peces de colores
que conmovidos influían nuestras charlas.
Reconozco las certeras moléculas
colmadas
en el recipiente vespertino
agotado de horizontes
y tus labios a pocos centimetros del día.
La poesía, es así
como tus piernas sentimentales
con el castaño florilegio
de sílabas prenupciales,
y mis dedos
con el inmaterial deseo de rozar.
Un asombro desafiante
entresijos de mis pestañas
y un beso que guardarás sin miedo para después.
Mhs 01-01-2021