Tanta perfección en un trozo de carne, para que
Si solo somos polvo que al polvo hemos de volver.
Tanto que cuidamos a esta frágil morada, para que,
Si la muerte acecha, y más temprano que tarde hemos de perecer.
Nos ocupamos de vanidades, mientras que el alma gime por su Padre,
Tanto que luchamos por lo terrenal, para que
Si desnudos salimos del vientre, y desnudos hemos de volver.
Tanto que nos ensoberbece lo efímero, para que,
Si somos ave de paso en el nidal de la vida que dejara de ser,
Un poco de todo, mucho de nada, y al final, somos pobres de alma.
Tanto orgullo y tanta arrogancia, para que
Si después de todo, somos nubes blancas en este cielo cruel.
Tanto arder en la hoguera hostil del rencor, para que
Si el rencor es una cadena que te encadena en la soledad de hiel.
Sueño que en el alma soñamos: morar donde moran los santos.
Tanta perfección en un trozo de carne, para que
Si solo somos polvo que al polvo hemos de volver.