¡Que la luz de la paz brillante sea
en los días del año que ha llegado;
y que traiga de fe la hermosa tea
con esencias de rosas perfumado!
¡Que jamás en los rostros penas vea
ni se escuche el lamento desgarrado,
que provoca el tirano que flamea
la bandera de muerte que ha empuñado!
¡Que los hombres despierten su conciencia
y que ofrezcan su amor a la justicia;
es de mi alma su más preciado anhelo!
¡Que despojen su ser de indiferencia
para darle batalla a la impudicia,
sin que esperen ayudas desde el cielo!
Autor: Aníbal Rodríguez.