Amanecer ocho
Gracias, mi bella durmiente, por tu paz.
Te miro y leo en tu rostro, tranquilidad,
esa paz que siempre buscábamos;
que pasara la pandemia
y volver a nuestros paseos,
caminar por la ciudad, libres...
tomar café en el jipao montañero...
los conos de chocomami,
las pechugas gratinadas, donde el paisa,
las papas rellenas de Javier,
las hamburguesas de la estación...
nuestros excesos gastronómicos, tan simples,
tan básicos, tan elementales como nosotros,
retirados del preocupante mundo,
sin obligaciones, sin compromisos.
Programar el día con el primer café...
ir a la piscina, al golfito, o...
quedarnos haraganeando en casa,
galgueando paquetes, como niños,
pensando...
que se come cuando se siente hambre
y no cuando invita el reloj.
Contarte mis historias, inventadas para ti,
burlarnos del mundo y sus estupideces.
Hacer planes que nos dieran un futuro feliz.
Te veo invadida de paz, te hablo al oido,
que no tengas prisa, que primero estás tu,
como siempre, obligándote a ser quien decida,
preparándote para cuando me toque partir
y ahora esta prueba terrible, detiene nuestra vida
y me pone a dudar.
Tu verás si despiertas,
tu sabrás que es mejor para ti.
Yo... algo inventaré, mi Monita,
total, me tendrás vigilado... y protegido...
y nuestra voluntaria lealtad, se mantendrá jurada.
Que película pasa hoy por tu mente,
no hagas enojos, comprende y olvida,
no guardes odios.
Si quieres... perdona y dónde no quepa el perdón,
disculpa, pero no afectes tu tranquilidad.
Lo que quiera que decidas, hazlo en paz,
fue lo que nos propusimos,
ignorar ofensas,
para no tener que perdonar.
Olvida las injusticias, el mundo es egoísta,
pero nunca nada nos faltó,
nunca el hambre a nuestra puerta tocó,
las tristezas con humor logramos evacuar.
Tu manito, deformada de tanto trabajar,
ahora esta rellenita, tibia y aunque inerte,
coincide con la mia y al tomarla,
me recargo de tu paz.
Gracias, Morita, por tu generosidad,
por dedicarme tu tiempo,
por renunciar a todo, por mi abrazo ñeñeñé.
Conocí la importancia de las pequeñas cosas,
me volviste menos soberbio y mas real,
me diste lecciones de humildad,
aprendí tolerancia,
con amor y por amor,
me cambiaste para ti
y te brindaste plena para mi.
Por eso, no tengo prisa,
piensa bien tu decisión,
solo tu importas,
yo... cualquier cosa inventaré.
Ron Alphonso
2 de enero 2021