Miras llorando al cielo, afirmando que los días de hoy perdieron valor.
Podrías apreciar el sol actual, valorando las aves volar entre sus rayos de luz .
¿Para qué añorar y por qué soñar? Si puedes amar.
Lo grato del pasado parece mejor, mientras lo malo parece turbulento y cruel.
Pero ama el día nuevo, el defecto y virtud para entonces, pensar sin juzgar.
Es la luna nueva invitando a la felicidad con su máximo resplandor.
Sobran nubes en lo alto, maleables a nuestra imaginación.
Poseemos el talento de la reducción y entonces...
¿Para que añorar y soñar? Si es posible amar.
Cuando venga un tropiezo, sin dudarlo, sujeta fuerte al viento, algo sucederá...
Entre fe y esperanza, un deseo estará demás, porque...
No hace falta añorar y soñar, basta con amar, sin juzgar, sólo amar.