Observo las paredes de mi habitación
no me permito sentirlas mias
quizas por falta de color, no lo se
su verde palido me da nauseas
aun lucho por decifrarlas, pero
estoy seguro que lo que yo quiero
no se puede pintar o al menos
yo no puedo, posiblemente
nunca pueda.
Inmensa habitación y a la vez
tan insignificante y lúgubre
eres despiadada y cruel
resplandeciente al manecer
brillante con la luz prendida
pero al anochecer y bajar
el interruptor tu obscuridad
es indescriptiblemente
tenue y tragica.