Soledad está triste,
quizá, desconsolada;
desconozco su herida
y no sé qué le pasa.
Es brusca, tonta y torpe
y sin mirada clara
va buscando rincones,
va buscando palabras.
Su porte de dureza
como una sombra cala
y su angustia le aflora
cuando llora en su cama.
Soledad sufre a solas
de asperezas en su alma,
la herencia de su historia
le gime cual sonaja
el desprecio que siente
y que con furia estalla
la vuelve impertinente
¡sufre al no ser amada!
y su sangre corroe
como volcán en llamas
con ruidoso chirrido
como un canto de rana.
¿Qué dolor va sufriendo
que vive acongojada,
llorando pena ajena
y con saña macabra?
Soledad ya no busques
tu presencia es muy mala.
¡Márchate y ve volando…!
vuela por la ventana
que la nueva luz viene
alumbrando la casa.