Anda con tiento,
¿no ves que los tejados
son de cristal?
Mide tus pasos
si vas a la azotea,
por precaución.
Ten siempre el alma
en paz, equilibrada,
y transparente.
En esas tejas
deslumbra el colorido
y tanto brillo.
Es el reflejo
del mundo, y de los cielos,
con sus engaños.
Aunque si puedes
encontrarás la nieve,
si quiere el sol.
Nieve que llega
de lágrimas heladas
desde las nubes.
En esas alas
los ángeles esconden
grandes tesoros.
De vez en cuando
se cubren los tejados
de sus cristales.
Rafael Sánchez Ortega ©
24/08/20